Hidrocarburos sintéticos: ¿la próxima revolución?
Los hidrocarburos sintéticos pueden ser combustibles líquidos o gaseosos y pueden producirse en reacciones químicas entre el dióxido de carbono y el hidrógeno. El hidrógeno se suele obtener mediante la electrólisis del agua y, para minimizar las emisiones, la electricidad necesaria para realizar la electrólisis se produce utilizando fuentes energéticas de bajas emisiones, como la eólica, la solar o la nuclear.
El gas de efecto invernadero se convierte en materia prima
La lucha contra el cambio climático y la transición energética conllevan transformaciones tecnológicas y cambios en la industria. Por ello se buscan nuevas tecnologías que sean neutrales en la emisión de CO2. El combustible neutro en carbono es un combustible que no produce emisiones netas de gases de efecto invernadero ni huella de carbono. En la práctica, esto suele significar combustibles que se fabrican utilizando CO2 como materia prima. Los combustibles neutros en carbono pueden agruparse en general en combustibles sintéticos, que se fabrican hidrogenando químicamente el dióxido de carbono, y en biocombustibles, que se producen mediante procesos naturales que consumen CO2, como la fotosíntesis.
La fuente más económica de carbono para reciclar en combustible son las emisiones de gases de combustión de los combustibles fósiles. Sin embargo, al utilizar esta vía el combustible deja de ser neutro en carbono ya que éste es de origen fósil y no se recicla el existente en la atmósfera. Se han estudiado otras vías de reciclaje del CO2, como por ejemplo la extracción del agua de mar o del aire. Siendo la extracción del aire el método más caro.
También se ha estudiado utilizar la biomasa como fuente de carbono para la producción de combustible. Añadiendo hidrógeno a la biomasa se reduciría su carbono para producir combustible. Este método tiene la ventaja de utilizar la materia vegetal para capturar de forma barata el dióxido de carbono. Su principal desventaja es que, al igual que la producción de etanol convencional, compite con la producción de alimentos.
¿Por qué seguir utilizando hidrocarburos cuando se pueden utilizar motores eléctricos?
Existen diversas dificultades que impiden la sustitución inmediata de los motores de combustión. Primeramente se debe tener en cuenta que la sustitución debe hacerse paulatinamente debido al gran número de automóviles de combustión que existen en el mundo. Un escenario realista incluye utilizar estos combustibles neutrales para aprovechar el parque automovilístico existente mientras se sigue potenciando su electrificación al incorporar nuevos vehículos.
Otros inconvenientes están relacionados directamente con la utilización de la electricidad. Como por ejemplo, la corta durabilidad de las baterías, la baja autonomía en comparación con los motores de combustión y la necesidad de mejorar la red de distribución de electricidad de forma tal que permita la recarga de los automóviles. Aunque, una solución intermedia puede ser la utilización de vehículos de pila de combustible.
Otro punto en contra es la dificultad de electrificar barcos, aviones y camiones.